Robos en empresas: las cifras que preocupan a los locales comerciales en España
Tener un negocio es mucho más que gestionar productos o atender clientes: es cuidar cada detalle para que todo funcione y, sobre todo, para que nada lo ponga en riesgo. En España, los robos en empresas son una preocupación cada vez más frecuente. Y es que proteger un local comercial no es solo cuestión de cerrar bien la puerta: la seguridad para locales comerciales se ha convertido en una necesidad imprescindible para mantener la continuidad del negocio.
Un problema creciente en España
Los datos hablan por sí solos. Según el Ministerio del Interior, en 2024 se registraron casi 38.000 robos en establecimientos en todo el país, lo que supone un incremento de más del 10 % respecto al año anterior. Es decir, cada día más de cien negocios son asaltados en España.
A este ritmo, no es de extrañar que la mayoría de los propietarios de pequeñas y medianas empresas consideren la seguridad como una inversión prioritaria. Las estadísticas también muestran que los negocios tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir un robo que una vivienda. Y los sectores más afectados siguen siendo los de siempre: bares, restaurantes, talleres, tiendas y pequeños comercios de barrio.
Lo preocupante es que muchos de estos robos ni siquiera llegan a los medios. Ocurren de madrugada, cuando nadie puede ver nada, y acaban en una simple denuncia que rara vez tiene consecuencias.
Los riesgos más comunes para los negocios
Cada sector tiene sus particularidades, pero los patrones se repiten. La mayoría de los robos en empresas comparten tres factores: rapidez, oportunidad y poca resistencia física o tecnológica.
Robos nocturnos o fuera del horario comercial
Cuando baja la persiana, la vulnerabilidad sube. Los delincuentes suelen actuar en horas de poca visibilidad y en zonas con escasa vigilancia. Basta una persiana endeble o una alarma desconectada para facilitar la entrada.
Okupación de locales vacíos
Los locales que permanecen cerrados durante largos periodos —porque esperan inquilino o reforma— se convierten en un blanco fácil. Los intrusos pueden provocar daños estructurales, robar material o incluso instalarse durante semanas sin ser detectados.
Hurtos internos y pérdidas invisibles
En comercios abiertos al público, las pequeñas sustracciones diarias pueden pasar desapercibidas, pero suman grandes pérdidas al final del mes. En negocios familiares o con equipos reducidos, detectar el origen puede ser complicado si no hay videovigilancia.
Sectores más afectados
Los ladrones eligen sus objetivos por el valor y facilidad de transporte del botín.
Los más castigados son:
- Joyerías y relojerías, por el alto valor de piezas pequeñas.
- Tiendas de electrónica, con móviles, tablets o consolas fáciles de revender.
- Ferreterías y bricolaje, donde abundan herramientas portátiles.
- Comercios textiles, sobre todo los situados en calles comerciales.
- Locales de hostelería, que acumulan efectivo o máquinas recreativas.
En todos estos casos, el patrón se repite: objetos pequeños, fáciles de ocultar y con valor en el mercado negro.
Técnicas de robo más frecuentes
Los delincuentes no siempre actúan igual. Algunos improvisan; otros preparan su golpe durante días. Entre los métodos más habituales se encuentran:
- Butrón, cuando acceden perforando una pared o techo desde un local contiguo.
- Asalto escaparatista, rompiendo cristales y sustrayendo la mercancía visible.
- Robo con lanza térmica, habitual en negocios con cajas fuertes.
- Técnica del sacacorchos, que fuerza cerraduras sin causar grandes daños.
- Alunizaje, usando un vehículo para derribar la fachada y huir en segundos.
Todos estos métodos tienen algo en común: la rapidez. Cuanto más tiempo ganen los delincuentes, más probable es que el robo tenga éxito. Por eso, disponer de una alarma conectada a una central receptora es tan importante: reduce los segundos de reacción y aumenta las posibilidades de detener el ataque.
Las consecuencias van más allá de las pérdidas materiales
Un robo no solo implica reponer lo sustraído. A menudo deja tras de sí un daño mucho mayor:
- Reparaciones costosas en puertas, cerraduras o escaparates.
- Pérdida de días de trabajo por cierre temporal.
- Desconfianza entre empleados y sensación de inseguridad.
- Aumento de costes de seguro o pérdida de cobertura.
- Impacto en la reputación del negocio ante clientes y proveedores.
Además, muchas empresas tardan semanas en recuperarse económicamente y emocionalmente después de un asalto. Por eso, prevenir siempre es más rentable que reparar.
Cómo una alarma profesional puede proteger tu negocio frente a robos
La buena noticia es que hoy la tecnología permite prevenir en lugar de reaccionar. Los sistemas modernos de alarmas de seguridad para locales comerciales integran sensores, cámaras y conexión directa con expertos que vigilan tu negocio en todo momento. No se trata solo de hacer sonar una sirena: el objetivo es detectar, verificar y actuar con rapidez.
Para que un sistema sea realmente eficaz, debería ofrecer características como las siguientes:
- Central receptora de alarmas (CRA): cada vez que se detecta una intrusión, el aviso se analiza y se verifica. Si la amenaza es real, la central contacta de inmediato con la policía o los servicios de emergencia.
- Cámaras de videovigilancia activas las 24 horas, que graban lo que sucede dentro y fuera del local. Las imágenes pueden consultarse desde el móvil en tiempo real, algo especialmente útil cuando el negocio está cerrado.
- Gestión desde aplicación móvil, que te permite activar o desactivar la alarma a distancia, revisar grabaciones o recibir notificaciones instantáneas si ocurre algo sospechoso.
- Sensores de última generación, capaces de detectar la apertura de una puerta, el impacto sobre un escaparate o cualquier movimiento fuera de lo habitual.
- Automatización inteligente, con la que puedes controlar luces, climatización o accesos para simular actividad cuando el local está vacío.
Con esta combinación de tecnología y vigilancia profesional, la alarma se convierte en un auténtico sistema de protección activa. No solo reacciona ante un intento de robo, sino que anticipa el riesgo y reduce al mínimo el tiempo de respuesta, protegiendo el negocio incluso cuando tú no estás.
Consejos prácticos para reforzar la seguridad
La tecnología es clave, pero también los hábitos. Algunas medidas sencillas pueden marcar la diferencia:
- Revisa periódicamente los accesos, cerraduras y persianas.
- Evita dejar dinero o productos de valor a la vista.
- Mantén el local bien iluminado durante la noche.
- Forma a tus empleados en procedimientos de cierre y seguridad.
- Comprueba que el sistema de alarma funciona correctamente.
- Instala cámaras visibles en las zonas más vulnerables: entrada, caja y almacén.
La combinación de tecnología, prevención y vigilancia profesional reduce al mínimo las oportunidades de intrusión.
La seguridad no se improvisa
Los robos en empresas siguen creciendo en España y afectan cada vez más a los pequeños negocios. Invertir en seguridad para locales comerciales no solo protege la mercancía, sino también la tranquilidad de quien la gestiona.
Protege cada rincón de tu empresa con la alarma para negocios de ADT. Está conectada a una central receptora de alarmas que verifica cada aviso y contacta directamente con la policía o los servicios de emergencia si es necesario. Además, permite controlar y visualizar tu negocio desde la app ADT Smart Security, con notificaciones en tiempo real y control total desde el móvil.
ADT combina la vigilancia permanente con la tecnología más avanzada para ofrecer la máxima protección los 365 días del año. Porque tu negocio merece la misma seguridad que tu hogar.